Ante el fallecimiento del papa Francisco, la Arquidiócesis Primada de México convocó a la comunidad católica a una misa solemne este lunes al mediodía en la Basílica de Santa María de Guadalupe, como un acto de oración y gratitud por la vida del Sumo Pontífice.
El llamado fue hecho por el arzobispo Primado de México, Carlos Aguiar Retes, a través de un comunicado difundido en redes sociales. En el mensaje, invitó a fieles, comunidades religiosas y sacerdotes a participar en la celebración eucarística “para dar gracias a Dios por la vida del Santo Padre y orar por su descanso en la paz del Señor”.

Legado pastoral de Francisco
A quienes no puedan asistir a la Basílica, el arzobispo pidió unirse desde sus propias comunidades y parroquias, celebrando misas o acompañando espiritualmente con oración desde casa. “El pueblo creyente es uno solo, y en la oración nos encontramos como Iglesia viva”, expresó.
Aguiar Retes destacó el legado pastoral de Francisco, recordándolo como un pastor cercano, humilde y comprometido con los más necesitados. “Su entrega incansable por una Iglesia cercana, pobre y misionera, fueron signos vivos del Resucitado en medio del pueblo”, señaló.
Asimismo, resaltó la especial devoción del Papa por la Virgen de Guadalupe, a quien acudía con frecuencia en momentos difíciles, buscando consuelo y dirección. “México siempre estuvo presente en su corazón a través de la Morenita del Tepeyac”, añadió.

El cardenal Aguiar Retes, encomendó “de manera especial” el alma del papa Francisco a la amorosa intercesión de Santa María de Guadalupe, por quien siempre tuvo una profunda y entrañable devoción.
“En más de una ocasión expresó su cercanía espiritual con nuestra Morenita del Tepeyac, acudiendo a ella como consuelo y guía. Hoy, confiamos en que Ella lo ha recibido también como hijo amado y peregrino fiel”, manifestó a través de un comunicado.
El Papa Francisco falleció este lunes a los 88 años, luego de complicaciones derivadas de una neumonía doble que lo mantuvo hospitalizado durante 38 días. Su partida ha generado muestras de afecto y duelo en todo el mundo católico.