En una operación encabezada por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa) en Sinaloa, fue ejecutado Jorge Humberto Figueroa Benítez, alias “El Perris” o “El 27”, uno de los operadores más cercanos a Los Chapitos, la facción del Cártel de Sinaloa liderada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
De acuerdo con fuentes oficiales, “El Perris” era considerado uno de los principales generadores de violencia en Sinaloa y objetivo prioritario para las autoridades mexicanas y estadounidenses. Estados Unidos ofrecía una recompensa de un millón de dólares por información que llevara a su captura.
Durante el intento de aprehensión, fuerzas federales fueron atacadas por hombres armados. La agresión fue repelida en legítima defensa, lo que derivó en la muerte de Figueroa Benítez, según confirmó el Secretario de Seguridad Omar García Harfuch, como parte de la estrategia para construir la paz en la región.
El Perris estuvo detrás del Culiacanazo
Jorge Humberto Figueroa Benítez era jefe de seguridad de Los Chapitos y señalado como uno de los principales orquestadores de las agresiones contra autoridades durante el llamado “Culiacanazo” de 2019, cuando se desató una jornada de violencia tras la captura momentánea de Ovidio Guzmán López.
Además, se le vincula con homicidios, secuestros y extorsiones que afectaron directamente la tranquilidad de la población sinaloense, según menciona Omar García Harfuch.
¿El Perris secuestró al Mayo Zambada?
El reportero de Radio Fórmula, Juan Becerra Acosta señala que “El Perris” estuvo relacionado con el presunto secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada, líder histórico del Cártel de Sinaloa y rival interno de Los Chapitos. Esta acción habría intensificado la pugna al interior del cártel, aumentando la fragmentación de este grupo criminal.
Esta decisión provocó un enfrentamiento directo entre Los Chapitos contra Los Mayitos, quienes buscan vengarse por las acciones realizadas por El Perris y otro de los hijos de El Chapo Guzmán en contra de El Mayo Zambada.
La ejecución de “El Perris” representa un duro golpe para la estructura de seguridad de Los Chapitos, en medio de un contexto de reconfiguración del crimen organizado en el noroeste del país y del fortalecimiento de operativos federales en la región.
