Este viernes 18 de julio se informó el asesinato de Neria Pamela López Solís, una mujer que recientemente había denunciado abuso sexual contra uno de sus hijos. De acuerdo con versiones difundidas en redes sociales por la periodista Lourdes Mendoza, Neria fue atacada con al menos siete disparos horas después de salir de una audiencia relacionada con el caso, en el que su ex pareja figura como presunto agresor.
Los hechos ocurrieron en la Ciudad de México y han generado una ola de indignación por la aparente falta de protección hacia Neria, quien ya había advertido públicamente sobre el riesgo que enfrentaba por defender a su hijo.
Según las denuncias públicas, Neria había perdido la custodia del menor, pese a que existían señalamientos directos de abuso en contra del padre, identificado como Álvaro N. La periodista señaló también al juez Jorge Rodríguez Murillo por haber otorgado la custodia al hombre señalado, decisión que, a ojos de familiares y activistas, dejó a Neria en un estado de vulnerabilidad extrema.
Cabe destacar que posteriormente, el periodista Antonio Nieto informó que el asesinato ocurrió en la alcaldía Iztapalapa, cuando López Solís llegó a su casa.
Hasta el momento, ni la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ni el Poder Judicial capitalino han emitido un comunicado oficial respecto a este feminicidio.
Abuso infantil, un problema frecuente
El caso ha reavivado el debate sobre el acceso a la justicia para mujeres que denuncian violencia familiar y abuso infantil. Diversos colectivos han comenzado a exigir esclarecimiento inmediato, así como sanciones para quienes, desde el sistema judicial, pudieron haber contribuido a la revictimización y desprotección de Neria y su hijo.
López Solís se suma a la dolorosa estadística de mujeres asesinadas en México en contextos de violencia de género. Su historia refleja lo que múltiples organizaciones han denunciado durante años: la impunidad estructural que impera cuando las mujeres se atreven a señalar a sus agresores, incluso ante autoridades.